sábado, 19 de junio de 2010

La Cámara Humana

A Stephen Wiltshire le diagnosticaron autismo con tres años. Su relación con otras personas era algo anecdótico, vivía en su propio mundo y no empezó a decir sus primeras palabras hasta muchos años después. Sin embargo, desarrolló una afición para la cual tenía una habilidad especial: El dibujo. No es de extrañar que sus primeras palabras, cuando tenía cinco años, fueran “papel” y “lápiz”. Fue esta afición la que le permitió comunicarse con los de su alrededor antes de dominar el lenguaje.
Las imágenes principales de sus dibujos trataban sobre ciudades después de un terremoto y coches. Pronto, sus dibujos comenzaron a hacerse famosos gracias a su participación en un programa de televisión sobre autistas con habilidades especiales. Pero lo que más llamaba y llama la atención no es la calidad o el estilo de su dibujo, sino su impresionante memoria fotográfica. Después de haber visto una panorámica de un edificio, de una ciudad o cualquier paisaje, es capaz de dibujarlo de memoria con una exactitud asombrosa.
Entre los retos en los que ha participado destacan, sin duda, los siguientes:
El dibujo panorámico de Roma (de memoria), en el que empleó varios días, después de haberla contemplado desde el aire gracias a un helicóptero

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